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10 de septiembre de 1939
Onésimo Díaz, Posguerra
El motivo de la visita de Orlandis a Valencia era porque debía examinarse como alumno libre en la Facultad de Derecho y después quería volver inmediatamente al cuartel militar de su ciudad natal. Finalmente, asistió al segundo curso de retiro en Burjasot, solicitando la entrada en el Opus Dei. Años después, el propio Orlandis recordó su encuentro inesperado con ese sacerdote que le cambió su vida:
El jueves 14 de septiembre de 1939, Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, pedí la admisión en la Obra al propio Fundador. Se la pedí de palabra, sin otras formalidades, ni documento escrito, y él, también de palabra, me la concedió. Así, con esta extrema sencillez, se desarrolló el acontecimiento que sin exageración alguna cabría considerar como el más importante de mi vida.
También acudió el estudiante de último curso de Medicina Alfonso Balcells Gorina, que había coincidido con Casas Torres en un curso de verano en Santander durante la república y había entablado posteriormente amistad con Jiménez Vargas en el frente de guerra en Teruel. Entre los recuerdos escritos por Balcells, que se incorporó al Opus Dei el 23 de enero de 1943, se ha recogido lo siguiente:
Me llamó la atención otra nota en aquellos ejercicios: no había nada taciturno en aquellas meditaciones, a pesar de que no dejaban de contemplarse los Novísimos y, por su tono positivo y esperanzado, sin dramatizar las cosas, eran unos ejercicios más cara a la vida, animosos, que cara a la muerte, como otros que yo había hecho: se fomentaba la alegría y la actitud optimista como hijos de Dios, el amor más que el temor de Dios y aun éste entendido como filial, en el sentido de no ofender y desagradar al Señor, nuestro Padre. Se insistía en la santificación del trabajo y de la vida ordinaria.