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4 de junio de 1943
Inédito. Algunas fechas de la vida de san Josemaría
D. Álvaro llega a Roma, por primera vez, (finales de mayo) para presentar ante la Santa Sede los papeles que solicitan el nihil obstat de la Santa Sede para la erección diocesana de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz. Hizo el viaje en avión en plena guerra mundial. Contaba don Álvaro que "Iba en avión. Yo era el único viajero normal, por decirlo de alguna manera; ya que los demás formaban parte de una compañía de comedia italiana, que había dado representaciones por España. Durante el vuelo vimos abajo un barco, y unos aviones volando sobre nosotros. De repente comenzaron a bombardear el barco. Toda aquella compañía empezó a gritar: mamma mia, c´è molto pericolo!, affoghiamo tutti!. Yo tenía la seguridad de que no pasaría nada, porque llevaba los papeles. No se me pasó ni una vez por la cabeza que podían echar el avión abajo. Iba tan tranquilo, que me parece que ni siquiera rezé el acto de contrición". Estuvo hasta el 21 de junio, en que regresó a España.
En esta ocasión fue recibido en audiencia por Pío XII el 4 de junio, a quien habló del Opus Dei durante tres cuartos de hora.
D. Álvaro es recibido por primera vez por Pío XII. Todavía no ha sido ordenado sacerdote. Fue a Roma enviado por nuestro Padre para tramitar en la Santa Sede el nihil obstat para la erección diocesana de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz. Iba vestido con el uniforme de la escuela de ingenieros (tenía 29 años) y, al entrar por el Portone di Bronzo, los guardias suizos lo confundieron con un Capitán y el guardia en turno llamó a los demás para que don Álvaro, como indicaba el protocolo, pasara vista. Don Álvaro, de buen humor, lo hizo mientras los demás comentaban: qué joven está.
Don Álvaro estuvo con el Papa 45 minutos. Al Papa se le quedó grabada la imagen del joven ingeniero español que le hablaba de nuevos caminos para alcanzar la santidad en medio del mundo. No se le olvidó aquella conversación hasta el punto de que, cuando volvieron a verse en una segunda audiencia el 3-IV-1946, cuando don Álvaro ya era sacerdote, el Papa lo saludó con un cariñoso: ¡Hola ingeniero!.
Al Papa se le quedó muy grabada la imagen de un joven ingeniero español que le hablaba de nuevos caminos para alcanzar la santidad en medio del mundo. Don Álvaro comentaba: "en la Santa Sede habían aceptado con entusiasmo los papeles del Padre, que llevé yo". El 11 de octubre de 1943, la Santa Sede concedió el nihil obstat para la erección diocesana de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz.
Durante esta estancia en Roma coincidió con don José Orlandis y don Salvador Canals.