Página inicio

-

Agenda

13 junio 2024

Del Patronato de Enfermos a Santa Isabel

13 de junio de 1931

John F. Coverdale, La Fundación del Opus Dei

Durante la primavera y comienzos del verano de 1931, Escrivá siguió buscando un modo de liberarse de las obligaciones del Patronato de Enfermos para dedicar más tiempo al Opus Dei. A partir del 13 de junio de 1931 rezó a diario en la Misa para encontrar una solución. Sus oraciones fueron escuchadas de una manera sorprendente el 18 de junio. “Creo que fue el quinto día de hacer esta petición cuando el Señor me oyó: fue Él: no cabe duda, porque accedió a mi súplica con creces... La concesión fue acompañada de humillación, injusticia y desprecio. !Bendito sea!”. Escrivá no explica qué sucedió exactamente pero, al parecer, hubo una desagradable discusión.

La respuesta a sus oraciones fue sólo parcial. Dejó de ser el capellán titular del Patronato de Enfermos, pero no se designó́ a ningún otro, así que él siguió trabajando, como interino, hasta el mes de octubre. Necesitaba urgentemente un nombramiento para poder seguir en Madrid y mantener a su familia. Durante el verano, trabajó en la iglesia de Santa Bárbara, con un nombramiento temporal. Mientras tanto, se enteró de que las Agustinas Recoletas del convento de Santa Isabel, una de las múltiples fundaciones reales de Madrid, necesitaban urgentemente alguien que les celebrara la Santa Misa y las confesara. Hacía meses que su capellán había caído enfermo y los Padres Agustinos le habían estado supliendo; pero la violencia anticlerical que arreciaba tras la proclamación de la Segunda República les impedía cruzar barrios peligrosos para llegar al convento, de modo que las religiosas a menudo no eran atendidas. Escrivá se ofreció voluntario hasta que encontraran a alguien.

Contentas como estaban con sus servicios, las monjas decidieron buscar su nombramiento de capellán. El convento tenía el estatuto de antigua Fundación Real, así que el nombramiento debía ser firmado tanto por las autoridades eclesiásticas como por las civiles. La aprobación eclesiástica fue concedida en noviembre de 1931, la del gobierno –con un estipendio regular—no llegó hasta mucho después.