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4 abril 2024

La última enfermedad de la Abuela

4 de abril de 1941

Francisco Ponz, Mi encuentro con el fundador del Opus Dei

Doña Dolores consiguió superar los intensos fríos del invierno, abrigándose como podía, refugiada en su habitación de Diego de León. Al comenzar la primavera se atrevió a dar algún paseo por Madrid y por sus alrededores. El día 4 de abril, que era Viernes de Dolores, su onomástica, fuimos a felicitarla. Y al día siguiente, que salió muy soleado, fue con Carmen y Santiago, Álvaro, Isidoro y algún otro de excursión al Escorial, y almorzaron en el campo. El frío allí era más intenso y traicionero, y la Abuela se resfrió. Ya en Madrid tuvo molestias bronquiales, y no lograba reponerse. La destemplada temperatura de la casa de Diego de León no ayudaba mucho y tuvo que guardar cama. Coincidió entonces con que el Padre debía ir a Lérida para dar una tanda de ejercicios espirituales a sacerdotes de esa diócesis. Habló con los médicos que la atendían: aun conscientes de que doña Dolores tenía un corazón delicado, no apreciaron que se encontrara en aquel momento en situación de extrema gravedad. Por eso, el Padre decidió atender su compromiso con la diócesis de Lérida y el 20 de abril emprendió el viaje. Al despedirse de su madre, le pidió que ofreciera sus molestias por la labor que iba a hacer con los sacerdotes que le esperaban. La Abuela asintió, pero no pudo evitar un comentario en voz baja, lleno de maternal cariño: "¡Este hijo".