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8 de marzo de 1938
John F. Coverdale, La Fundación del Opus Dei
Casciaro no consiguió el traslado a Burgos hasta marzo. Al principio intentó, sin éxito, usar sus contactos familiares. Cuando cayó enfermo en Pamplona, Escrivá fue a visitarle. Mientras hablaban en la habitación de Casciaro, se presentó un soldado para decirle que todos los permisos se habían cancelado y que debía presentarse inmediatamente en el cuartel. Se extendió por Pamplona el rumor de que, debido a las bajas nacionales en Teruel, las tropas de Pamplona serían enviadas inmediatamente al frente. Escrivá se preocupó, pero dio a Casciaro su bendición y le aseguró que rezaría a la Virgen María y que todo se resolvería. Cuando terminó el confinamiento en las compañías, alrededor de la medianoche, y Casciaro volvió a su habitación, Escrivá estaba todavía esperándole: “Me recibió con el cariño con el que un padre recibe a su hijo superviviente de un gran peligro. Su amor de Padre –su corazón de padre y de madre- me emocionó, y juntos rezamos una Salve de acción de gracias a Nuestra Señora”.
Escrivá regresó a Burgos resuelto a hacer todo lo posible para lograr que destinaran a Casciaro allí. Cuando se enteró de que quedaba otro puesto libre a las órdenes de Orgaz, escribió al general. El 8 de marzo de 1938 Casciaro fue transferido a Burgos y se unió a los otros en la pensión.
Como no conseguían un piso, a finales de marzo decidieron alquilar una habitación en la segunda planta del Hotel Sabadell. Para dar a la desnuda y poco atractiva habitación un aire más acogedor y hogareño, decoraron las paredes con mapas de varias regiones de España y colgaron banderines de fieltro con las palabras DYA y Rialp bordadas en ellos. Casciaro los diseñó al estilo de los usados por los equipos deportivos de las universidades españolas, y los cosieron algunas chicas que Escrivá conoció por la madre de Rodriguez Casado. Unos primos de Albareda, que trabajaban en una galería de arte, proporcionaron un crucifijo y una imagen de la Virgen.