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21 de marzo de 1938
Vázquez de Prada, El Fundador del Opus Dei
Lunes 21 de marzo. Muchos días sin escribir Catalinas [...].
Me han visto, en estos días, tres médicos. Se empeñaron los chicos [...].
Hoy ha venido D. Antonio Rodilla. ¡Qué buen amigo es! Le he dado cuenta de mi alma: desnudez de virtudes, un montón de miserias: no hago oración vocal, apenas: creo que no la hago mental: desorden. No sufro la oración vocal: hasta me duele la cabeza de oír rezar en voz alta. Desorden. Pero sé que amo a Dios. Sí: y que me ama. Soy desgraciado, porque soy pecador y desordenado y no tengo vida interior. Querría llorar, y no puedo. ¡Yo, que he llorado tanto! Y, a la vez, soy muy feliz: no me cambiaría por nadie. —Le conté esto y otras cosas a D. Antonio. ¡Ese cuarto de hora eterno de acción de gracias, mirando continuamente al reloj, para que se acabe! ¡Qué pena! Y, sin embargo, quiero a Jesús sobre todas las cosas. —Después dije a D. Antonio que me parecía que le engañaba y que me movía a hablar la soberbia. Me consoló y dijo que voy bien.