-
11 de febrero de 1933
John F. Coverdale, La Fundación del Opus Dei
Jiménez Vargas no se limitó a asistir a los círculos; pronto solicitó pertenecer al Opus Dei. Le siguió Jenaro Lázaro, artista que se ganaba la vida trabajando para los ferrocarriles, a quién Escrivá había conocido a través de los Filipenses. Unas semanas más tarde José María González Barredo también pasó a formar parte del Opus Dei.
Escrivá se había fijado en Barredo en 1931 cuando celebraba Misa en la iglesia del Patronato de Enfermos. Le había pedido que rezara por una intención suya. La intención era que Dios concediera a Barredo la vocación a la Obra. Cuando se conocieron, Barredo ya había terminado los estudios de Química y hacía el doctorado en la Universidad. Poco después aceptó un puesto de profesor de ciencias en un colegio de la provincia de Jaén, y Escrivá le perdió la pista.
En febrero de 1933 Barredo regresó a Madrid para trabajar en su tesis doctoral en el Rockefeller Institute. Un día vio a Escrivá por la calle e intentó evitar el encuentro; temía que le pidiera que participara en alguna actividad parroquial o algo no relacionado con su trabajo profesional. Él quería servir a Dios, pero deseaba también seguir con su profesión. Escrivá se acercó a saludarle e insistió en que debían hablar. Cuando se reunieron para charlar, esa misma tarde, Barredo se dio cuenta de que lo que Escrivá le decía sobre el Opus Dei, tal y como lo describía, era lo que él había estado buscando sin saberlo.
El joven químico se sintió fuertemente atraído por el Opus Dei, pero no quería tomar una decisión tan importante para su vida sin aconsejarse convenientemente, así que propuso consultar a un religioso que conocía; Escrivá aceptó de buen grado. Aquel buen sacerdote intentó disuadirle de formar parte de algo que apenas se estaba poniendo en marcha. “Después de todo”, le dijo, “es mejor trabajar en una biblioteca ya instalada que en una que acaba de abrirse”. Barredo ponderó el comentario y le pareció que no era una objeción de peso. Lo esencial era que la Obra fuera lo que Dios quería para él.
También desde un punto de vista puramente humano, al organizar “la biblioteca” uno contribuía a la tarea de muchos que llegarían más tarde. Barredo volvió a visitar a Escrivá el 11 de febrero de 1933, fiesta de Nuestra Señora de Lourdes y pidió la admisión al Opus Dei.
Don José María era ya catedrático del Instituto de Linares, un pueblo de Andalucía. Con los años, don José María se trasladó a vivir a Estados Unidos dos años antes de que don José Luis Múzquiz fuera enviado por el Padre para comenzar establemente la labor apostólica. Vivió en USA hasta un año antes de morir (murió en Pamplona en 1993).