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Muerte de Asunción, hermana de san Josemaría (n. 15-VIII-1905). Tenía ocho años cuando cayó gravemente enferma. Estaba terminando el verano. Desde la muerte de sus otras dos hermanas -Rosario y Lolita-, se había prodigado en cariños hacia su hermana Asunción, por la que sentía un particular cariño. Se llevaban tres años de edad. Estaba cierto día Asunción jugando con sus amigas, tratando de levantar un castillo de cartas de una baraja. Entre ellas, estaba el Padre. Cuando más concentradas estaban para rematar la torre, él tuvo un arranque, tirando el castillo de un manotazo. Asunción y sus amigas comenzaron a llorar y les dijo: "Eso mismo hace Dios con las personas: construyes un castillo y, cuando está casi terminado, Dios te lo tira". Uno de los días en que se esperaba el deselance de la enfermedad de Asunción, estaba jugando con otros niños, y dijo: "Voy a ver cómo está mi hermana". Al preguntar a su madre, la Abuela le contestó: "Asunción ya está bien, ya está en el Cielo". Los Abuelos no querían que Carmen y Josemaría entrasen en el cuarto donde estaban velando a Asunción, amortajada. Pero, en un descuido el Padre consiguió entrar para rezar y despedirse de su hermana. Por primera vez veía un cadáver. Al darse cuenta, pasado el tiempo, de que sus tres hermanas habían muerto de la menor a la mayor, en años sucesivos, concluyó que él sería el siguiente. Un día se lo dijo a la Abuela: "El año próximo año me toca a mí". La Abuela le recordó que la Virgen de Torreciudad le había curado: "No te preocupes, que yo te he ofrecido a la Virgen y Ella cuidará de ti".