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SANTA MÓNICA, madre de San Agustín, Ostia (Italia), 387.
Madre de San Agustín. Recordada por su decisiva intervención en la conversión de su hijo; pero ese hecho, sin duda importante y significativo, no es más que el fruto lógico de toda una vida santa como esposa y madre, vivida con discreción, pero con gran intensidad. A los ojos humanos puede parecer mucho más importante la impresionante producción intelectual y apostólica de San Agustín (uno de los pensadores cristianos más grandes de todos los tiempos); pero a los ojos divinos vale tanto o más la santidad de su madre, sin la que, por lo demás, no hubiera sido posible todo lo que ahora valoramos en él; y así lo reconoce el propio santo en sus escritos, cuando recuerda con cariño, veneración y agradecimiento la figura santa de su madre.
JAVIER SESÉ