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REALEZA DE MARÍA
A los ocho días de la Asunción, otra fiesta mariana unida a ella; se contempla en el último misterio glorioso del Santo Rosario. Consecuencia lógica de la devoción a Cristo como Rey del Universo. Reinado, desde luego -como enseña el mismo Jesús- de paz y de amor, por encima de las veleidades humanas. Frecuente imagen entronizada de María, y numerosas oraciones tradicionales en torno a esa figura: Salve Regina; Regina caeli; Ave, Regina caelorum... Ese poder real de María se une a su ternura materna, para aumentar así nuestra confianza en ella...
JAVIER SESÉ