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3 agosto 2024

Santa Lidia, la Purpuraria

Ser el primero en hacer algo es un modo seguro de hacer que tu nombre figure en el libro de los récords.
La primera persona en dar la vuelta al globo. La primera persona en correr la milla en menos de tres minutos.
La primera persona en llegar al Polo Sur. Lidia también fue una de las primeras. Su familia fue la primera en
Europa en convertirse al cristianismo y ser bautizada.

Lidia era una comerciante de púrpuras. Eso podría no significar mucho para nosotros hoy en día, pero en
el siglo primero eso significaba que era una mujer muy rica. Dado que el tinte de la púrpura se extraía con
muchas dificultades de cierto molusco, sólo una elite podía permitirse tener telas teñidas de ese color. Una
mercader que vendiera ese tinte tan extremadamente costoso era rica, se mirase como se mirase.

La riqueza se cita a menudo como uno de los principales obstáculos al crecimiento espiritual.

Se nos advierte que "es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en
el Reino de los Cielos". Eso no significa, sin embargo, que ser pobre te haga mejor automáticamente. Una
persona pobre que acumula unas pocas posesiones no es mejor que una persona rica que acumula muchas.
No hay indicaciones de que Lidia abandonara su negocio tras convertirse al cristianismo. Pero hay muchas
pruebas de que utilizó su fortuna sabiamente.

Entendió que el valor real de la riqueza reside en el modo en que la usas, no en cuánto tienes.

Ser el primero en hacer algo es un modo seguro de hacer que tu nombre figure en el libro de los récords. Y
eso es lo que le pasó a nuestra santa de hoy, porque ella y su familia fueron los primeros en Europa en
convertirse al cristianismo. Lidia era originaria de la ciudad de Tiatira, pero vivía en Filipos (Macedonia)
donde se ganaba la vida con la preparación de vestidos de púrpura. Eso podría no significar mucho para
nosotros hoy en día, pero en el siglo I eso significaba que era una mujer muy rica. Fue por la predicación de
san Pablo por la que se convirtió esta mujer. Y el apóstol permaneció en su casa todo el tiempo que duró su
predicación en aquella ciudad. No podemos decir más de ella pero, como suele ocurrir con estos primeros
cristianos, no hacen falta más datos.

Autor: sagradafamilia.net