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Martirologio Romano: En Toledo, en Hispania, san Julián, obispo, que reunió tres concilios en esta
ciudad y expuso con escritos la doctrina ortodoxa, dando muestras de caridad y celo por las almas (690).
Etimológicamente: Julián = Aquel que pertenece a la familia Julia, es de origen latino
San Julián, arzobispo de Toledo, a su muerte en el año 690, era el personaje más importante de España. Se
dice que era descendiente de judíos, pero sus padres eran cristianos. Recibió el bautismo en la principal
iglesia de Toledo, según cuenta su sucesor en la sede episcopal, quien escribió una corta biografía del santo.
El joven fue educado por otro prelado de Toledo, San Eugenio II y tuvo por compañero al famoso Gudila
Levita. Unidos por los gustos comunes tanto como por el afecto, los amigos se consagraron a la oración y el
estudio en el retiro y muy pronto, el celo apostólico les hizo volver al mundo para intentar la conversión de
los pecadores.
San Julián, que era teólogo destacado y hombre de gran saber, llegó pronto a ocupar un puesto de
importancia. Cuando los médicos desahuciaron a Wamba, el último de rey que dio explendor a los visigodos,
San Julián le rasuró la cabeza y lo revistió del hábito monástico para que "muriese en religión". Todavía se
conserva la vida del rey Wamba, escrita por San Julián, muy apreciada por los historiadores, que encuentran
en ese documento una idea completa sobre el reinado de Wamba, lo que no sucede con sus predecesores ni
con sus sucesores.
Julián fue consagrado obispo de Toledo en 680 y parece que gobernó su diócesis con el mismo tino que le
había caracterizado en los asuntos seculares. Su biógrafo narra que el cielo le había adornado con todas las
gracias del alma y del cuerpo. Era tan bondadoso, que ninguno se acercó a él, sin recibir gran consuelo. El
santo presidió varios sínodos y obtuvo para su sede la primacía sobre todas las diócesis españolas. Por eso se
le da el título de arzobispo de Toledo, aunque el término no se empleaba generalmente en España por aquella
época.
Los historiadores posteriores acusan a Julián de haber alentado a los reyes a perseguir a los judíos. Sin
embargo, debe hacerse notar que la más cruel y escandalosa de las leyes contra los judíos no fue publicada
sino hasta cinco años después de la muerte del santo: Según dicha ley, todos los judíos adultos debían ser
vendidos como esclavos, en tanto que sus hijos serían confiados, desde los siete años de edad, a las familias
españolas para recibir una educación cristiana.
San Julián fue escritor muy fecundo: entre sus obras se cuenta un estudio del rito hispánico (la forma en
que se celebraba la liturgia en territorio hispano antes del uso del rito romano), un libro contra los Judíos y
los tres volúmenes de los "Pronósticos", que tratan de las postrimerías. El santo sostiene en esta obra que el
amor y el deseo de ir a reunirse con Dios bastan para acabar con el temor natural a la muerte. También
afirma que los bienaventurados piden por nosotros en el cielo, que desean nuestra felicidad y que ven
nuestras acciones, ya sea en la misma esencia de Dios o por ministerio de los ángeles, que son los
mensajeros de Dios en la tierra.