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Martirologio Romano: En Escocia, san Constantino, rey, discípulo de san Columba y mártir. († s.VI)
Fecha de canonización: Culto confirmado el 5 de julio de 1898 por el Papa León XIII.
Constantino es un nombre afortunado y lo demuestra la larga lista de santos que lo llevaron, comenzando
por el mismo emperador Constantino, cuyo culto se extendió rápidamente en todo el Oriente y se fijó la
fiesta para el 21 de mayo junto con la de su madre, santa Elena. En Occidente su culto se limitó a las
regiones de Sicilia, Calabria y Cerdeña, por la influencia bizantina en esos lugares.
Hoy la Iglesia latina celebra la fiesta de otro Constantino, también rey, que coronó su atormentada vida
con el martirio.
Su devoción se difundió sobre todo en Gran Bretaña e Irlanda.
Al inicio de su juventud llevaba una vida desarreglada, tanto en público como en privado, manchándose
con varias culpas, como asesinatos y sacrilegio; para quedar más libre para sus conquistas amorosas, se había
divorciado de su mujer. Pero después, siendo todavía joven, fue tocado por la gracia, se convirtió y cambió
radicalmente de vida. En primer lugar abandonó el trono y el poder y, para expiar sus pecados, se retiró al
monasterio irlandés de Rathan.
Era la época del gran florecimiento del monaquismo irlandés, que había comenzado con la predicación de
san Patricio y continuado en los siglos siguientes gracias al buen número de santos. Bajo la guía de san
Columba, el ex-rey Constantino se hizo sacerdote después de siete años de vida penitente y de estudio de la
Sagrada Escritura; después regresó a Escocia, no ya con las insignias reales, sino bajo el humilde traje del
monje, a predicar el Evangelio.
Fue en este período cuando el país se convirtió al cristianismo, asumiendo el nombre de “Scotia”, que
hasta ese tiempo había pertenecido a Irlanda.
Constantino había ido a construir el Reino de Dios en la tierra en donde había cometido tantas maldades,
ya borradas por el perdón de Dios y por el gran testimonio de su amor a Cristo. En efecto, Constantino
recibió la palma del martirio en Escocia, en donde fue asesinado por algunos paganos fanáticos, por su fe en
el Evangelio que iba predicando por las calles y las plazas.
Es considerado el primer mártir de Escocia