-
Mateo 28, 8-15
En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; llenas de miedo y de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos.
De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «Alegraos».
Ellas se acercaron, le abrazaron los pies y se postraron ante él.
Jesús les dijo:
«No temáis: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán».
Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles: «Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y os sacaremos de apuros.»
Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy.
***
Vuelve tú también a Galilea
Galilea… Allí, junto al lago, comenzó todo. Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres (Mt 4, 19). Aquellos cuatro jóvenes sintieron que el horizonte de sus vidas se rasgaba, de repente, ante sus ojos, y el corazón se ilusionaba con luces nuevas. Entusiasmados, no dudaron en dejar atrás cuanto tenían para seguir al Maestro.
Tres años trepidantes y, de repente… Se hizo de noche. Las gentes huyeron, la faz del Maestro, coronada de espinas y cubierta de esputos, se oscureció. Retrocedieron asustados, y murió Jesús. La luz que aquella mañana brilló sobre el lago se apagó en sus corazones como lámpara mojada por la lluvia. Pensaron que todo había terminado.
Id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán. En ocasiones, cuando perdiste algo en el camino, debes volver atrás. Volved a Galilea, al amor primero. Recuperad la ilusión, volved a empezar, que el horizonte está más abierto que nunca a los cielos, y la luz brilla más fuerte que entonces.
¿Qué te ha sucedido desde que te enamoraste? ¡Vuelve tú también a Galilea, al amor primero, que ha resucitado el Señor y te llama, como entonces, porque todo es nuevo hoy!