Página inicio

-

Agenda

11 noviembre 2025

Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer

Lucas 17, 7-10

En aquel tiempo, dijo el Señor:
«¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando; le dice cuando vuelve del campo: “Enseguida, ven y ponte a la mesa”?
¿No le diréis más bien:
“Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú”?
¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: “Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”».

***

Lo que teníamos que hacer
Me gusta imaginar que el Señor pensaba en Sí mismo mientras pronunciaba la parábola:
¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando vuelve del campo: «Enseguida, ven y ponte a la mesa»? ¿No le diréis más bien: «Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú»?
Porque Él vino como labrador, para sembrar la semilla del Reino, y como pastor, para reunir el rebaño de Dios. Pero, antes de que su Padre le permitiera reposar de nuevo junto a Él, le pidió que le sirviese de comer y de beber en nosotros. El Siervo de Yahweh, entonces, dio su carne en alimento y su sangre en bebida. Después, subió al Cielo y se sentó a la diestra de Dios.
Si así trabajó Cristo, ¿podremos nosotros salvarnos y sentarnos a su lado, si primero no le hemos servido en nuestros hermanos? ¿Pretenderemos, tras la muerte, tomar parte en el banquete celestial, si antes no hemos dado nuestra vida en alimento?
Me escribiste preguntando qué puedes hacer para ahorrarte las penas del Purgatorio. Aquí tienes la respuesta: servicio y humildad. Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer.