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Juan 2, 1-11
En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino».
Jesús le dice:
«Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora».
Su madre dice a los sirvientes: «Haced lo que él diga».
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dijo:
«Llenad las tinajas de agua».
Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les dice:
«Sacad ahora y llevádselo al mayordomo».
Ellos se lo llevaron.
El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al esposo y le dice: «Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora».
Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.
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Seis benditas palabras
Las personas inteligentes escuchan mucho y hablan poco. Pero, cuando hablan, más vale apuntar lo que dicen; sus palabras son tesoros. Con la Virgen sucede, exactamente, eso.
Son sólo seis palabras. Pero pueden iluminar toda tu vida, si quieres ser santo.
Haced lo que él os diga.
¿Atraviesas la noche de la fe, dudas de Dios, no sabes si tu vida y tu oración tienen valor para Él, lo sientes lejos? Haced lo que él os diga. No temas. Limítate a hacer, en cada momento, lo que Dios quiere. Y ten por seguro que estás en el camino.
¿Te ves incapaz de ayudar a los demás, te sientes impotente ante los problemas y dolores de tus seres queridos, sufres porque muchas almas están lejos de Dios? Haced lo que él os diga. Limítate a obedecer tú. Tu vida, ofrecida a Dios en sacrificio de obediencia junto a la de Cristo, salvará a todas las almas.
No hace falta que te hagas muchas preguntas, si quieres agradar a Dios. Tan sólo ésta: «¿Estoy haciendo ahora lo que Dios quiere?». Con ganas, sin ganas, con facilidad, con dificultades, con fervor, sin fervor…
Haced lo que él os diga.
¡Tan sencillo! ¡Tan heroico!